Por la tarde del miércoles arrancó la pelea (digo el partido) entre el Mariachi Sebastián Rondinelli y el Piña Gustavo Gonzales. Un partido entretenido donde ambos jugadores propusieron un juego intenso, pero donde el Mariachi supo mantener la concentración y se llevó el encuentro por 7-5, 6-2.
El partido comenzó muy parejo hasta el 1-1. A partir de allí el Mariachi se plantó y se escapó en punta para ponerse 4-1 arriba. Pero como sabemos, en el torneo babel las rachas no duran para siempre y hay que saber aprovecharlas. Apenas dudó un poco el Mariachi, el Piña se hizo más fuerte y empezó a meter precisión, intensidad y juego. Hasta ese momento el Mariachi había respondido con clase, pero ya no tenía la energía del comienzo. El agotamiento, el calor y un pequeño dolor en un meñisco ponían en jaque la supremacía del otrora campeón babeliano.
El primer set llegó a estar 5-5, revelando la intensidad del encuentro. Los jugadores no estaban para bromas, y la concentración era total. El tema es que cuando la presión es un factor crucial, el Mariachi no perdona. Es sabido que el Mariachi tiene la cabeza más fria del circuito. La experiencia en otras competiciones, en otros lares, en otras épocas le daban una ventaja crucial que en esta ocasión tuvo que sufrir el Piña. El primer set no pudo llegar a un (tan merecido) tie-break porque el Mariachi lo cerró un segundo antes en 7-5.
En el segundo set el tenis fue de menos a más. El Piña Gonzalez propuso un juego más intenso pero arriesgado. Lamentablemente todavía no anda tan fino como para hacer la diferencia. Lo cierto es que el Piña parece estar afilando la puntería para hacer saltar la banca en algún partido importante y dar la sorpresa del campeonato. El segundo set terminó 6-2 para Sebastian Mariachi Rondinelli, y el partido había concluido. Los números son un detalle para esta jornada tan linda y acompañada de tan buen tiempo. Lo definitivo es que hoy los puntos se los lleva el Mariachi que se posiciona en la parte alta de la zona B.
Felicitaciones a los jugadores.
POR JOAQUIN COLEFF
POR JOAQUIN COLEFF
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